El
clero tenía gran importancia dentro del reino, ya que la religión católica era
la del estado. Pero no a todos los miembros del clero se les daban los mismos
privilegios. Dentro del clero se dio una división: el clero alto (formado por
los cardenales, obispos y arzobispos) y el bajo (formado por los curas y
sacerdotes).
Los
miembros del alto clero provenían de las clases altas, por esto no les era
difícil ser aceptados dentro de la nobleza. Ellos gozaban de privilegios por
parte del estado. Además eran muy cercanos al rey, y por esto tenían influencia
en asuntos del estado. Muchas veces los miembros del alto clero se confundían
con los de la nobleza, aunque ambos eran de las clases más altas e influyentes,
eran dos clases separadas la una de la otra, con distintas funciones. El alto
clero se encargaba de las diócesis prestigiosas. Ellos estaban exentos de pagar
los impuestos, pero debían de ocuparse del la salud y educación del pueblo,
además eran ellos quienes cobraban los impuestos.
Los
miembros del bajo clero provenían de las clases bajas, y por esto no recibían
los mismos privilegios que los del alto clero; un ejemplo de esto es que ellos
debían de recibir las tres novenas pates de los diezmos que daba el pueblo,
pero esto no siempre sucedía. Llevaban una forma de vida muy distinta a los del
alto clero, no se relacionaban con l nobleza, y casi siempre vivían en las
zonas rurales. Ellos se encargaban de celebrar las misas y tenían un registro de
bautismos, matrimonios, sepulturas, sacramentos, confesiones….
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