Paralelamente
al período de revolución, se desarrolló un movimiento conocido como la
“descristianización”, este inició en el centro de Francia, extendiéndose
posteriormente por todo el país, se cree que la descristianización se trataba
de un complot aristocrático, pero en realidad se trataba de una
“desacerdotización” , provocando que alrededor de 20.000 sacerdotes dejaran su
estado, asimismo levantó oposiciones locales. La descristianización fue
rechazada por los gobiernos revolucionarios, ya que el deseo de controlar el
movimiento popular progresaba considerablemente.
Tras
una serie de acontecimientos, para la fecha de 1795, se aprueban un aserie de
medidas a favor de la liberalización de los cultos, lo que condujo a una
separación de la Iglesia y el Estado, suceso que por motivos lógicos incomodan
a la Iglesia y su estado de confort, debajo de la sombra de la Monarquía.
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