¿Los Tres Estados?, ¿La Constitución Civil del Clero?

En primera instancia debemos tener en cuenta que el Clero se encontraba dentro de lo que conoce como los Tres Estados, ocupando el primer lugar  según el orden jerárquico del siglo XVIII, esto provoca que él mismo se halle en una posición  de importancia para la sociedad de aquella época. Conocidos como los “privilegiados”, El Clero y la Nobleza, estando prácticamente en la misma posición de esta pirámide gozaban de beneficios fiscales, a partir de la cobertura que poseían de los impuestos reales. 

El proceso de definición de la Constitución se convirtió en un tema casi controversial para la Asamblea, aun así previamente a la definición oficial del acta constitucional, la Asamblea Constituyente se vio en la obligación de recurrir a medidas un tanto improvisadas, ante las dificultades económicas a las que se enfrentaban, producto de la inconclusa crisis que atacaba a la monarquía del Antiguo Régimen; para resolver esta situación la Asamblea se vio en la necesidad de respaldar la moneda por medio de la venta de las propiedades eclesiásticas, que pasaron a ser propiedad de la nación para el beneficio de la misma, sin embargo, al recurrir a estas medidas, la Asamblea también tuvo que retribuir a los miembros del Clero como si se tratara de funcionarios públicos, a esto se le llamó “Constitución Civil del Clero” (1791), esta decisión aunque era indudablemente revolucionaria, también tenía pequeños rasgos de tradición galicana, se puede destacar también que la creación de esta Constitución convirtió a los curas y obispos en funcionarios públicos, además de imponerles un juramento de fidelidad a la Constitución del reino, situación que da un giro radical al llegar el papa Pío VI, quien condena este sistema, provocando una oposición entre los sacerdotes y los miembros del Clero Constitucional    Las consecuencias que trajo esta expropiación, fueron relativamente trágicas, afectando a gran parte del territorio nacional.